Regálate la oportunidad de conocer la improvisación

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Muchos tenemos la percepción de que la improvisación es para quien realiza sus actividades sin prepararlas, para el que no organizó bien su tiempo o incluso para el que no previó lo que pasaría. Improvisar tiene mala fama y más cuando desde lo laboral estamos inmersos en la planificación y en los procesos esquematizados, siguiendo todo paso por paso. Y, sin embargo, muchas veces sin darnos cuenta improvisamos en algún momento todos los días. 

Improvisar es el arte de permitir que la espontaneidad fluya, y como arte, requiere de entrenamiento para saber hacerlo, de estar atento y presente para poder sacarle el provecho al máximo con responsabilidad. 

La improvisación o “impro” como se le conoce en las tablas, nace justo en el teatro. Desde estas bases ha sido usada para que los actores exploren y descubran caminos no transitados en situaciones que no estaban establecidas. Cuando una persona aprende a improvisar es consciente del momento presente, de lo que sabe y tiene para descubrir nuevas maneras de hacer las cosas y decir ¡Eureka!   

Improvisar no es solo para los artistas o como creemos falsamente, para quienes dejan todo para lo último. En algún momento de nuestra vida esta técnica se puede convertir en un gran aliado. Según Jacobo Levy Moreno, uno de sus precursores, en el acto espontáneo se integran diferentes aspectos y expresiones de una persona, que ante una situación (nueva o antigua) moviliza sus impulsos corporales, sus sentimientos, emociones, pensamiento y voluntad para dar la respuesta más adecuada a lo que ocurre en el instante ¿te imaginas integrarla en tu equipo de trabajo? 

Desde Inspirare hemos venido recorriendo un camino de aprendizaje en el acompañamiento de desarrollo de equipos y hemos visto cómo la impro aplicada en los equipos de trabajo, de manera consciente, genera conexiones maravillosas en las personas, despierta ideas para lograr los objetivos trazados y facilita el desarrollo de nuevas habilidades. No es un secreto, que parte de los desafíos que tenemos en nuestro trabajo es cambiar, adoptar nuevas iniciativas, proponer ideas y potencializar nuestros talentos. 

Te compartimos algunas cosas que hemos descubierto naturalmente al incluir la impro en experiencias de aprendizaje con personas y equipos. 

Cuando improvisamos: 
• Las personas activan su escucha, se animan a soltar juicios, descubren lo poderoso que es crear juntos desde lo colaborativo y sienten empatía. 
• Se conectan desde lo humano y se recargan de energía como personas y equipo desde un espacio inesperado y diferente al día a día. 
• Los equipos de trabajo se retan a explorar nuevas posibilidades, se atreven a dar más ideas y sacar sus talentos.
• Se reconcilian con el error y se conectan con el aprendizaje. 
• Se amplía el autoconocimiento de manera individual y se vive el poder de construir con otros. 
• Experimentan la capacidad natural para enfrentar el cambio y flexibilizarse con este. 
• Las personas se permiten explorar, exponerse y conectarse a través de la risa y el juego.  

¿Algo de lo anterior resuena con lo que quieres que experimente tu equipo? 

¡Anímate a reconciliarte con la improvisación! Escríbenos si quieres saber más sobre estas experiencias de aprendizaje. 

Un saludo muy especial para ti, 

Equipo Inspirare